Recuerdo cuando escuché por primera vez la frase: “Después de los 40 todo cambia.”
No le di importancia. Pensé que se referían a las arrugas o a la vista cansada…
Pero con el tiempo entendí que se trataba de algo más profundo: una transformación interna que afecta cada célula del cuerpo.
La menopausia no solo cambia las hormonas; cambia también la forma en que nuestro hígado trabaja, limpia y equilibra todo lo que ocurre dentro de nosotras.
Y si no lo apoyamos en este proceso, el resultado suele ser silencioso pero real: fatiga constante, aumento de peso inexplicable y un hígado que empieza a sobrecargarse poco a poco.
🔹 Un cuerpo sin su brújula hormonal
Durante los años fértiles, el estrógeno actúa como una especie de “guía interna”.
Ayuda a que la grasa se distribuya correctamente, a que el colesterol se mantenga bajo control y a que el hígado procese con eficiencia las toxinas del día a día.
Pero cuando los niveles de estrógeno caen, esa brújula se desorienta.
El cuerpo empieza a acumular grasa donde antes no lo hacía, sobre todo alrededor del abdomen, y el hígado —que ya trabajaba duro— se convierte en el principal depósito de ese exceso.
Un estudio publicado en el Journal of Hepatology (2023) demostró que las mujeres posmenopáusicas tienen hasta 2.4 veces más probabilidades de desarrollar hígado graso que las mujeres premenopáusicas, incluso manteniendo el mismo peso corporal.
Esto sucede porque la caída del estrógeno disminuye la sensibilidad a la insulina y altera el metabolismo de las grasas.
🌿 Cuando el cuerpo guarda lo que no puede eliminar
Me gusta imaginar al hígado como una esponja: absorbe, filtra, limpia.
Durante años hace su trabajo silenciosamente. Pero cuando esa esponja se satura —por estrés, malos hábitos o cambios hormonales— empieza a retener lo que antes eliminaba con facilidad.
Y ahí aparecen las señales:
- Cansancio que no mejora ni con sueño.
- Abdomen inflamado o pesado.
- Dificultad para concentrarte.
- Cambios de ánimo repentinos.
Nada “grave” a simple vista, pero profundamente incómodo.
El North American Menopause Society (2022) afirma que el hígado graso no alcohólico afecta actualmente a una de cada tres mujeres después de la menopausia, y muchas ni siquiera lo saben porque los síntomas son tan sutiles que se confunden con el estrés o la edad.
🌸 Pequeños ajustes que marcan una gran diferencia
La buena noticia es que el cuerpo tiene memoria, y el hígado puede regenerarse si le damos lo que necesita.
Después de los 40, no se trata de “hacer dieta”, sino de apoyar el metabolismo que las hormonas ya no sostienen por sí solas.
1️⃣ Agregá proteínas limpias como huevo, pollo, pescado, carne de res.
→ Favorecen la regeneración hepática y ayudan a estabilizar la glucosa.
2️⃣ Sumá grasas buenas (aguacate, aceite de oliva, mantequilla ghee, sebo de vaca).
→ Tu cuerpo necesita estas grasas para equilibrar las hormonas.
3️⃣ Mové tu cuerpo suavemente.
→ El movimiento —no el castigo del cardio extremo— activa la circulación hepática y linfática.
4️⃣ Rehidratá tus células con minerales.
→ Magnesio, potasio y sal de Himalaya ayudan a mantener la energía estable. (American Journal of Clinical Nutrition, 2018).
💊 Apoyo con suplementos (sin excesos)
A veces, los pequeños refuerzos hacen una gran diferencia:
- Magnesio glicinato → calma, sueño y equilibrio metabólico.
- Omega 3 (EPA+DHA) → antiinflamatorio natural que apoya al hígado.
- Vitamina B12 (metilcobalamina) → energía celular y función nerviosa.
💬 La menopausia no es el final de nada.
Es un nuevo mapa que tu cuerpo te entrega, con rutas distintas pero igual de poderosas.
Tu hígado es parte de esa brújula que te guía hacia una nueva etapa.
Si lo cuidás, si lo escuchás, vas a descubrir que la energía, la claridad y la vitalidad no se pierden: solo necesitan otra forma de ser alimentadas.
💛 En mi guía Adiós a la Fatiga te muestro paso a paso cómo acompañar a tu hígado en esta transición, cómo elegir alimentos que devuelven tu energía y cómo volver a sentirte vos misma, sin miedo al cambio.
No lo postergues: tu cuerpo está listo para renacer. 🌙
Con cariño...Regy.
pd. Dejame un comentario para saber que me lees.
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